(Francisco González Bocanegra - Jaime Nunó)
Coro
Mexicanos, al grito de guerra el acero aprestad y el bridón, y retiemble en sus centros la tierra al sonoro rugir del cañón.
Ciña ¡oh Patria! tus sienes de oliva de la paz el arcángel divino, que en el cielo tu eterno destino, por el dedo de Dios se escribió;
Mas si osare un extraño enemigo,profanar con su planta tu suelo,piensa ¡oh Patria querida! que el cielo un soldado en cada hijo te dió.
Coro
Mexicanos, al grito de guerrael acero aprestad y el bridón, y retiemble en sus centros la tierra al sonoro rugir del cañón.
II En sangrientos combates los viste por tu amor palpitando sus senos,arrostrar la metralla serenos, y la muerte o la gloria buscar.
Si el recuerdo de antiguas hazañas de tus hijos inflama la mente, los laureles del triunfo, tu frente volverán inmortales a ornar.
Coro
Mexicanos, al grito de guerra el acero aprestad y el bridón, y retiemble en sus centros la tierra al sonoro rugir del cañón.
IIIComo al golpe del rayo la encina se derrumba hasta el hondo torrente,la discordia vencida, impotente, a los pies del arcángel cayó;
Ya no más de tus hijos la sangre se derrame en contienda de hermanos sólo encuentra el acero en tus manos quien tu nombre sagrado insultó.
Coro
Mexicanos, al grito de guerra el acero aprestad y el bridón, y retiemble en sus centros la tierra al sonoro rugir del cañón.
IV Del guerrero inmortal de Zempoala te defienda la espada terrible, y sostiene su brazo invencible tu sagrado pendón tricolor;
El será el feliz mexicano en la paz y en la guerra el caudillo,porque él supo sus armas de brillocircundar en los campos de honor.
Coro
Mexicanos, al grito de guerra el acero aprestad y el bridón, y retiemble en sus centros la tierra al sonoro rugir del cañón.
V¡Guerra, guerra sin tregua al que intentede la patria manchar los blasones! ¡Guerra, guerra! Los patrios pendones en las olas de sangre empapad:
¡Guerra, guerra! En el monte, en el valle los cañones horrísonos truenen, y los ecos sonoros resuenen con las voces de ¡Unión! ¡Libertad!
Coro
Mexicanos, al grito de guerra el acero aprestad y el bridón, y retiemble en sus centros la tierra al sonoro rugir del cañón.
VI Antes, patria, que inermes tus hijos bajo el yugo su cuello dobleguen,tus campiñas con sangre se rieguen, sobre sangre se estampe su pie;
Y tus templos, palacios y torres se derrumben con hórrido estruendo, y tus ruinas existan diciendo: de mil héroes la Patria aquí fue.
Coro
Mexicanos, al grito de guerra el acero aprestad y el bridón, y retiemble en sus centros la tierra al sonoro rugir del cañón.
VII Si a la lid contra hueste enemigan os convoca la trompa guerrera, de Iturbide la sacra bandera ¡Mexicanos! valientes seguid:
Y a los fieros bridones les sirvan las vencidas enseñas de alfombra;los laureles del triunfo den sombra a la frente del bravo adalid.
Coro
Mexicanos, al grito de guerrael acero aprestad y el bridón, y retiemble en sus centros la tierra al sonoro rugir del cañón.
VIII Vuelva altivo a los patrios hogares el guerrero a contar su victoria,ostentando las palmas de gloria que supiera en la lid conquistar:
Tornáranse sus lauros sangrientos en guirnaldas de mirtos y rosas, que el amor de las hijas y esposas también sabe a los bravos premiar.
Coro
Mexicanos, al grito de guerra el acero aprestad y el bridón, y retiemble en sus centros la tierra al sonoro rugir del cañón.
IX Y el que al golpe de ardiente metralla de la patria en las aras sucumba, obtendrá en recompensa una tumbadonde brille de gloria la luz:
Y de Iguala la enseña querida a su espada sangrienta enlazada,de laurel inmortal coronada,formará de su fosa la cruz.
Coro
Mexicanos, al grito de guerra el acero aprestad y el bridón, y retiemble en sus centros la tierra al sonoro rugir del cañón.
X¡Patria! ¡Patria! tus hijos te juran exhalar en tus aras su aliento, si el clarín con su bélico acento, los convoca a lidiar con valor:
¡Para ti las guirnaldas de oliva! ¡Un recuerdo para ellos de gloria! ¡Un laurel para ti de victoria! ¡Un sepulcro para ellos de honor!
Coro
Mexicanos, al grito de guerra el acero aprestad y el bridón, y retiemble en sus centros la tierra al sonoro rugir del cañón.
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